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El proceso de interacción madre-hijo. Las fallas a tener en cuenta

Daniel Stern enuncia que pueden existir fallas tanto del lado de la madre como del lado del bebé que perjudican la sincronía relacional de la interacción lúdica.

Uno de los modos de desregulación de la interacción es la hiperestimulación donde el impulso inicial procede de la madre, por ejemplo cuando ella tiene un comportamiento entrometido, cuyo fin sólo se reduce a controlar, esto supone una interferencia con los comportamientos autorreguladores del niño, así si el niño desvía la mirada y esta acción no es respetada por su madre como un momento de relajación, el niño se ve dificultado en el acceso a su finalidad, se ve privado de uno de sus principales mecanismos autorreguladores para adaptarse al nivel de estimulación. Lo importante es que durante esta secuencia el niño pierde la posibilidad de aprender a regular con éxito el mundo exterior y su propio estado interno mediante el empleo de la comunicación emocional.

Cuando un niño presenta cierto grado de retraso en su desarrollo puede suceder que los comportamientos de una madre que suelen resultar apropiados para un niño normal, aparecen como controladores o entrometidos. También se puede dar la situación que la madre incurra en estos comportamientos con el fin de forzar la capacidad de respuesta de su hijo a la estimulación.

Otro tipo de disregulación en la interacción es cuando se da la hipoestimulación, esto es cuando el nivel de excitación y emoción desciende o se mantiene por debajo del nivel óptimo. Esto puede darse en madres que tienen trastornos en cuanto a la capacidad para llevar a cabo comportamientos sociales, ejemplos:

Madres deprimidas: Son madres capaces de llevar a cabo todas las tareas prácticas relativas al cuidado de su hijo, pero se ven imposibilitadas de alegrar su rostro, su voz o movimientos para interactuar con su bebé, serán incapaz de jugar con su propio comportamiento a fin de jugar con su hijo.

Daniel Stern habla también de madres restringidas en sus respuestas emocionales a causa de un proceso esquizofrénico; estas poseen una reducida capacidad para modular la intensidad y la riqueza de la estimulación que proporcionan a sus hijos.

Otro caso son las madres con inhibición de la espontaneidad, o la madre normal, pero preocupada obsesivamente por pensamientos que no están relacionados con su bebé, o aquella madre que pasa por un proceso de resentimiento y rechaza al niño o su papel como madre.